La noche del 25 de diciembre en Santa Rosa de Cabal (Departamento de Risaralda), dos hermanas de la comunidad pasaron por la habitación afirmando a mi madre que había sido afortunada en nacer el dia de la luz, y por esta razón debía llamarme Luz. Mis padres deciden, entonces, bautizarme bajo la fe católica como Luz Elena Mejía Molina.
Primogénita: primera nieta de la familia Molina y segunda nieta de la familia Mejía.
Nace quien tiene toda la energía para revolucionar a toda su genealogía… Con una misión especial: el de sanar el linaje y la trayectoria de una familia que estaba marcada por la pobreza material pero con la suficiente fortaleza para brindar lo mejor de su corazón y calidad humana, lo que es la verdadera riqueza en este plano y en el universo.
Hoy entiendo que YO SOY un ser de luz, que acepto mi misión y todos los aprendizajes elegidos para mi crecimiento espiritual, y trascender a ese ser supremo Dios, que es el ser más amoroso que se encuentra en mí.
Así es que me he convertido en esposa, madre, odontóloga, servidora, terapeuta con ángeles y sanadora de almas con mis joyas con intención.
Porque entendí que el camino espiritual es guiado por los ángeles, que son los mensajeros de Dios, y que su presencia ha transformado mi vida y cada pensamiento que tengo.
Desde la primera luz de la mañana agradezco por el camino recorrido; abro mi corazón hacia la abundancia, prosperidad, salud y amor para mí, mi familia, casa y amigos; y para mi bienestar, el de las personas de mi alrededor y el de toda la humanidad.